Revista Gente, 1972.
"Diálogo con un condenado a muerte"
-¿Por qué dice que su vida es una desgracia?
-Es una
desgracia por las responsabilidades, por los problemas, por la falta de
solución a esos problemas. Le parece poco
-¿Le preocupa que lo
hayan amenazado de muerte?
-Sería una tontería decir que
no me preocupa. Pero de ahí no pasa. Yo tengo una obligación que me impide
poder detenerme. Tengo que seguir adelante. Lo importante es que nadie
hace nada sin motivos. Algún motivo deben tener los que quieren
matarme.
-¿Cuáles son esos motivos?
-Uno de ellos es
que el secretario general de la CGT es peronista y consecuente con Perón.
El otro es que se acerca la reelección de Rucci y al no haber otro medio
para que ello no pueda llevarse a cabo. les queda como única posibilidad
eliminarlo físicamente.
-¿Qué piensa de la
muerte?
-Quiero mucho a la vida. No creo que exista alguien a
quien no le preocupe la muerte. Pero uno es consciente de
responsabilidades y sabe que esas responsabilidades le pueden deparar la
muerte.
-¿Puede dormir tranquilo?
-Dormir, duermo
bien. Si las amenazas de quitarme la vida fueran una preocupación
permanente, yo tendría que irme de la CGT y desaparecer del país. Claro
que a medida que uno va teniendo más vejez, va durmiendo menos. Estoy
prevenido.
-¿Prevenido en qué sentido?
-En que he
tomado un cierto grado de garantía. Y quiero decir algo más. No creo que
exista un solo argentino que no aborrezca la indignidad que simbolizan los
que asesinan para hacer valer sus razones.
- Qué siente usted
hacia sus presuntas matadores?
-Yo no me considero un
valiente. Tampoco he sacado diploma de cobarde. Pero tengo un solo temor:
no ver las caras de los asesinos.
- Usted es realmente un
condenado a muerte?
- Mire... este... mire... eso me causa
repulsión. Y diría que no creo que existan individuos de tan baja calidad
que quieran matar a otro...
Fuente: www.elhistoriador.com.ar